Planta con falta de agua
Plantas de exterior que necesitan poca agua
Probablemente parezca de sentido común. Las plantas necesitan agua para sobrevivir, crecer y reproducirse o dar fruto. Lo que puede parecer sencillo es más complejo de lo que imaginas. He aquí un breve repaso a la importancia del agua para la vida de las plantas.
La importancia del agua para tus plantas va más allá del mero hecho de mantenerlas vivas. El agua también es un elemento necesario para que las plantas prosperen. El agua es lo que permite la absorción de nutrientes vitales del suelo. También es el agua la que ayuda a transportar el azúcar y otros elementos que pueden necesitar las flores o los frutos.
Se puede hacer una buena comparación con el cuerpo humano. Cuando nos deshidratamos, la sangre se espesa y tiene más dificultades para bombearse hacia y a través de los distintos órganos. La falta de agua puede debilitarnos. La deshidratación prolongada también puede provocar fallos orgánicos.
Las plantas no son tan diferentes. Una planta necesita agua para mantenerse erguida. Sin la cantidad adecuada de agua, una planta puede decaer. Puede que no sea capaz de soportar su propio peso. El agua es fundamental para las plantas.
¿Qué hace una planta cuando le falta agua?
El agua entra en la planta por el tallo y sube hasta las hojas. Cuando una planta está bien hidratada, hay suficiente presión de agua para que las hojas sean fuertes y resistentes; cuando una planta no recibe suficiente agua, la presión dentro de los tallos y las hojas disminuye y se marchitan.
¿Pueden recuperarse las plantas de la falta de agua?
En los días calurosos, es posible que las plantas no puedan absorber agua con la rapidez suficiente para compensar la que pierden a través de las hojas y se produzca un marchitamiento temporal. En este caso, los signos de sequía son temporales y las plantas se recuperarán por sí solas durante la tarde.
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El agua es el factor abiótico (no vivo) que más limita el crecimiento y la productividad de las plantas, y uno de los principales determinantes de la distribución de la vegetación en todo el mundo. Desde la antigüedad, los seres humanos han reconocido la sed de agua de las plantas, como demuestra la existencia de sistemas de riego al principio de la historia documentada. La importancia del agua para las plantas se deriva de su papel central en el crecimiento y la fotosíntesis, y en la distribución de moléculas orgánicas e inorgánicas. A pesar de esta dependencia, las plantas retienen menos del 5% del agua absorbida por las raíces para la expansión celular y el crecimiento vegetal. El resto pasa a través de las plantas directamente a la atmósfera, un proceso denominado transpiración. La cantidad de agua que se pierde a través de la transpiración puede ser increíblemente alta; una sola planta de maíz de regadío que crezca en Kansas puede utilizar 200 L de agua durante un verano normal, mientras que algunos árboles grandes de la selva tropical pueden utilizar casi 1.200 L de agua en un solo día.
Si el agua es tan importante para el crecimiento y la supervivencia de las plantas, ¿por qué desperdician tanta? La respuesta a esta pregunta está en otro proceso vital para las plantas: la fotosíntesis. Para producir azúcares, las plantas deben absorber dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera a través de unos pequeños poros de sus hojas llamados estomas (Figura 1). Sin embargo, cuando los estomas se abren, el agua se pierde en la atmósfera a un ritmo prolífico en relación con la pequeña cantidad de CO2 absorbida; en todas las especies vegetales se pierde una media de 400 moléculas de agua por cada molécula de CO2 ganada. El equilibrio entre transpiración y fotosíntesis constituye un compromiso esencial para la existencia de las plantas; los estomas deben permanecer abiertos para acumular azúcares, pero corren el riesgo de deshidratarse en el proceso.
Higuera
No regar lo suficiente es una de las razones más comunes por las que las plantas no están sanas, se marchitan y mueren. No siempre es fácil, ni siquiera para los jardineros expertos, acertar con el riego. Para evitar o minimizar los problemas asociados al riego insuficiente, conozca los signos de que las plantas están recibiendo muy poca agua.
Puede que tengas que probar y equivocarte para saber cuánto regar las plantas de interior o de jardín. A medida que vaya determinando la cantidad y frecuencia de riego adecuadas, utilice estas pistas para saber si está regando poco:
Si sospechas que las plantas presentan signos de falta de riego, puedes confirmarlo regándolas. Deberían revivir, y si no lo hacen, podría haber otro problema, como una infección vírica o una enfermedad fúngica.
Dracaena trifasciata
Los embalses de agua dulce en tierra reabastecidos por el ciclo hidrológico son extremadamente importantes para las personas, los animales y las plantas. Estas masas de agua no sólo proporcionan agua a animales y personas, sino que también reponen las aguas subterráneas y favorecen la vegetación.
La lluvia que cae sobre la tierra se retiene como humedad del suelo, esencial para la vegetación terrestre. El agua de lluvia se filtra a través de las capas y poros del suelo hasta llegar al lecho de agua subterránea, que son los acuíferos de agua dulce. Así se forman las aguas subterráneas, que son nuestra fuente de agua potable.
Papel del agua en las plantasEl agua desempeña un papel importante en el funcionamiento vital de las plantas. Las plantas extraen agua del suelo a través de sus raíces, que contienen nutrientes esenciales para el crecimiento de la planta. La presión del agua (turgencia) ayuda a mantener la estructura celular de las plantas. Las plantas necesitan agua para fabricar sus alimentos mediante la fotosíntesis.
Las plantas intercambian agua para mantener la temperatura. El agua absorbida por las raíces fluye por las plantas debido a la presión osmótica haciendo circular los nutrientes y eliminando los desechos. Los estomas de las hojas se abren para devolver el agua al medio ambiente.