Cuidados de la lavanda en maceta

Lavanda en macetas durante el invierno
Este artículo ha sido escrito por Steve Masley. Steve Masley lleva más de 30 años diseñando y manteniendo huertos ecológicos en la bahía de San Francisco. Es consultor de jardinería orgánica y fundador de Grow-It-Organically, un sitio web que enseña a clientes y estudiantes los entresijos de la horticultura orgánica. En 2007 y 2008, Steve impartió las Prácticas de Campo de Agricultura Local Sostenible en la Universidad de Stanford.
La lavanda es una planta hermosa y aromática que crece en climas cálidos y secos. No todos los climas son buenos para ellas, por lo que a veces necesitan un poco más de cuidado para crecer bien y producir las flores que te gustaría. Sin embargo, con la variedad de lavanda adecuada, las condiciones correctas de la maceta y los cuidados necesarios, puedes tener una próspera planta de lavanda en maceta en casi cualquier lugar en el que vivas.
Este artículo ha sido escrito por Steve Masley. Steve Masley lleva más de 30 años diseñando y manteniendo huertos ecológicos en la bahía de San Francisco. Es consultor de jardinería orgánica y fundador de Grow-It-Organically, un sitio web que enseña a clientes y estudiantes los entresijos de la horticultura orgánica. En 2007 y 2008, Steve impartió las Prácticas de Campo de Agricultura Local Sostenible en la Universidad de Stanford. Este artículo ha sido visto 238.124 veces.
Lavanda inglesa en macetas
La lavanda es una de las hierbas favoritas de muchos jardineros, y con razón. Su relajante color y fragancia pueden impregnar su jardín cuando está fresca y su hogar cuando está seca. Pocos pueden resistirse a sus encantos. Por desgracia, pocos viven en un clima similar al de su cálido y arenoso hogar mediterráneo. Si tus inviernos son demasiado fríos o tu suelo demasiado denso, o incluso si simplemente quieres esa fragancia más cerca de casa, cultivar lavanda en macetas es una gran idea. Sigue leyendo para conocer los cuidados de la lavanda en maceta y cómo cultivarla en contenedores.
La lavanda puede cultivarse a partir de semillas o esquejes. Las semillas deben colocarse sobre tierra arenosa y cubrirse ligeramente con una capa de perlita. Deberían brotar en dos o tres semanas. Los esquejes deben tomarse de las plantas justo por debajo de un nudo (donde un conjunto de hojas se une al tallo), sumergirlos en hormona de raíces y clavarlos en tierra caliente, húmeda y arenosa.
Independientemente de cómo empieces a cultivar tus plantas de lavanda en maceta, es importante elegir el recipiente y la mezcla para macetas adecuados. A la lavanda no le gusta la humedad, pero necesita agua. Esto significa que un buen drenaje es esencial para el cuidado de la lavanda en contenedor. Elige un recipiente que tenga muchos agujeros de drenaje. Si sólo tiene uno o dos, perfora algunos más.
Tamaño de la maceta de lavanda
Mary Marlowe Leverette es una de las expertas en limpieza y cuidado de tejidos más respetadas del sector, y comparte sus conocimientos sobre limpieza, lavandería y conservación de textiles. También es maestra jardinera, con más de 40 años de experiencia, y escribe desde hace más de 20.
La lavanda española (Lavandula stoechas) es una de las 40 variedades diferentes de lavanda. Crece como un arbusto bajo, igual que sus parientes, pero tiene una forma de flor distinta. La lavanda española es conocida por sus pétalos erguidos que aparecen en la parte superior de las cabezas de las flores, dándoles un aspecto de conejo. Las hojas son comestibles (para el ser humano) y pueden utilizarse con moderación para aromatizar platos salados o productos horneados.
Dependiendo del cultivar, la lavanda española puede tener flores rosas, moradas o blancas. Estas plantas están adornadas con hojas pequeñas de color verde grisáceo y crecen con una forma compacta y redondeada. La lavanda española tolera mejor el calor que otras especies de lavanda. Esta planta perenne es resistente a los ciervos, pero también se considera tóxica para los animales, así que téngalo en cuenta si sus mascotas suelen pasar tiempo sin supervisión en su jardín.
Lavanda en macetas muriendo
Te has espabilado y has tomado la firme decisión de dar el paso y cultivar tu propia lavanda. Entiendo perfectamente el deseo. Además de sus preciosas flores, su capacidad para mantener alejados a los mosquitos y la lista cada vez más larga de beneficios que esta hermosa planta parece aportarnos, también huele muy, muy bien.
La forma más fácil de empezar a cultivar lavanda es comprar un plantón en un vivero y trasplantarlo a una maceta (este tema se tratará más adelante). Si optas por esta opción, lo más probable es que encuentres una de las siguientes variedades en el vivero.
Una regla general es que a la lavanda le gustan las condiciones secas. Para cumplir estas condiciones, planta la lavanda en un espacio reducido para minimizar la cantidad de humedad en la maceta. Busca una que sea unos centímetros más grande que el diámetro del cepellón. Recuerda que siempre puedes trasladar la planta a una maceta más grande si la hierba empieza a quedarse pequeña.
Esta hierba aromática prefiere un suelo bien drenado y ligeramente alcalino. Un buen drenaje es esencial para evitar que se pudran las raíces. Elige ingredientes más bien secos, como arena, perlita o fibra de coco, para mezclarlos con un sustrato que drene bien.